Debaten en Uruguay la despenalización del aborto

Luego de una falsa amenaza de bomba que obligó a la Policía a desalojar las barras y a los bomberos a inspeccionar el recinto, la Cámara de Diputados retomó la sesión tras un parate de 40 minutos y, al cierre de esta edición, seguía tratando el proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva, que incluye un polémico artículo que despenaliza el aborto y que ya cuenta con media sanción en el Senado.
La votación, que culminará hoy a altas horas de la madrugada, se presentaba muy reñida y en medio de una gran polémica atizada por una amenaza del arzobispo de Montevideo, monseñor Nicolás Cotugno quien advirtió que los legisladores que apoyen la despenalización "serán excomulgados ipso facto". Desde 1938 el aborto está penalizado en Uruguay, pero ello no ha sido obstáculo para que haya médicos que se dediquen a la actividad, mayormente clandestina.
Entre los legisladores había anoche una leve inclinación a la aprobación de la ley, que no cuenta con la anuencia del presidente Tabaré Vázquez, que en diversas oportunidades, y apoyándose en su condición de médico, reiteró que la vetaría.
Fuentes del gobierno admitieron que el mandatario sigue muy firme en la decisión, a diferencia de algunos legisladores de la coalición gobernante Frente Amplio (FA) quienes, por lo bajo, creen que ante el hecho consumado podría apartarse de esa línea.
El eventual veto del Poder Ejecutivo debería contar con la firma del propio Tabaré, la que tendría que ser acompañada por la aprobación del Consejo de Ministro o la firma de por lo menos un secretario de Estado vinculado al tema. La titular de la cartera de salud, María Julia Muñoz, dijo ayer que firmaría el veto si el presidente se lo solicitase.
De concretarse el veto sería imposible para el Parlamento levantarlo, ya que se requieren tres quintos de los votos.
La discusión se realizó en un clima caldeado dentro y fuera del Palacio Legislativo.
Cuando hizo uso de la palabra el diputado blanco Javier García, contrario a la despenalización del aborto, los seguidores de la Organización Provida –férreos opositores al aborto- comenzaron a vivarlos y al no cesar el griterío, ante el pedido de la Policía, éste y otros grupos que estaban presentes en la sesión, fueron desalojados.